Los nahuas que habitamos en la sierra nororiental del estado de Puebla, específicamente en Cuetzalan del Progreso, “lugar de plumas preciosas”, tenemos un respeto especial por el espacio que habitamos, por la tierra, a la que nombramos Totaltikpaknantsin (“Nuestra Madre Tierra”). Dentro de ella podemos encontrar al Koujtakiloyan, que es el «bosque que produce» o «bosque útil»; es el espacio donde manejamos nuestras plantas nativas e introducidas, el espacio donde crece la vida, del que dependemos todos los seres y del que estamos conectados desde el nacimiento hasta la muerte. La riqueza del Koujtakiloyan es tan extensa y variada que es reconocido como uno de los sistemas agroforestales más importantes del país; es un espacio donde se mezclan los saberes ancestrales de producción y el amor y respeto a nuestra madre tierra pero es, sobre todo, el espacio donde se forjan los sueños de cada uno y una de nosotras. 

Nuestro colectivo denominado Centro de Educación Ambiental y Cultural Nektsitsin Tekitinij nace por el amor a nuestras raíces, amor a la cultura indígena, a la cual orgullosamente pertenecemos, y amor a la madre naturaleza que ha sido tan bondadosa en nuestra región.

Nuestra propuesta va dirigida a la transmisión de saberes asociados a la alimentación y cocinas tradicionales, estrategias para divulgar los conocimientos culinarios y/o la construcción de un legado culinario a nuevas generaciones dentro de las comunidades.

Esta iniciativa consiste en promover el uso de productos nativos cosechados en el Koujtakiloyan a través de la elaboración de bebidas tradicionales y medicinales de la región como lo son el atole de polen, agua de polen y té de bugambilia con miel virgen, así como la difusión de las recetas de estas bebidas a través de las redes sociales y los medios de comunicación locales para el rescate, preservación y promoción de estas prácticas culinarias así como para promover el consumo de dichas bebidas como medida preventiva ante el Covid19.

Los productos nativos de los que hablamos son los obtenidos de la Scaptotrigona mexicana conocida en nuestra región como Pisilnekmej (abejas pequeñitas) a través de una práctica ancestral, que ha beneficiado mucho a nuestra región, la Meliponicultura, que se refiere a la cría y manejo de abejas sin aguijón.  Esta práctica tiene múltiples beneficios, dentro de los primeros se encuentra el significativo impacto que genera sobre la producción agrícola y forestal por su acción polinizadora, así como la obtención de miel virgen, polen y propóleo los cuales fortalecen a dos de los sistemas que actualmente se han visto severamente afectados por el covid19: el inmunológico y respiratorio.