El concurso fue lanzado el 20 de julio con el objetivo de premiar videos que expresen prácticas culinarias de cocineras y cocineros migrantes con impacto en sus comunidades. Especialmente interesaba poner de relieve cómo las cocineras y cocineros migrantes contribuyen a encontrar soluciones comunitarias ante la crisis derivada de la pandemia de Covid-19 a través de sus recetas.
Las propuestas debían presentarse en formato de video, con un máximo de 5 minutos de duración, e incluir una presentación, una descripción de la práctica culinaria y de las estrategias desplegadas para su realización, una descripción de su impacto en la comunidad de acogida, e una perspectiva de futuro en relación a la iniciativa o práctica culinaria.
Las inscripciones estuvieron abiertas en la plataforma Mapa IberCultura Viva entre el 20 de julio y el 30 de octubre de 2020. Treinta personas migrantes que residen en Argentina (17), Chile (2), Colombia (5), Ecuador (3), España (1), Estados Unidos (1) y Perú (1) enviaron sus postulaciones.
La selección siguió algunos criterios presentes en el reglamento, como la representatividad de la preparación para la comunidad de origen; la experiencia de inserción en la comunidad receptora; la generación de conocimientos y prácticas tradicionales y creativas impulsadas por cocineras y cocineros migrantes; el impacto directo en la seguridad alimentaria, y las estrategias para divulgar los conocimientos culinarios y/o la construcción de un legado culinario a nuevas generaciones con conciencia de su cultura diversa. También se privilegió la diversidad cultural de las propuestas.
Este fue el segundo concurso presentado en conjunto por IberCultura Viva, Iber-Rutas, IberCocinas y la Secretaría General Iberoamericana. El 3 de abril de 2019, con la intención de visibilizar las experiencias de interculturalidad que se dan entre comunidades migrantes a través de la cocina tradicional, los programas de cooperación lanzaron con el apoyo de la SEGIB el concurso “Sabor a Iberoamérica”. Diez historias de recetas culinarias tradicionales de las comunidades migrantes de la región iberoamericana fueron premiadas con 500 dólares cada una. Además de las 10 ganadoras, se otorgaron cuatro menciones honoríficas (sin premios en dinero) a postulaciones que no se ajustaban a los requisitos de premiación por no tratarse de personas migrantes, pero que sí presentaban en las recetas las historias de migración de sus ancestras.
Revisa el acta con el resultado del concurso: Información a las Interesadas II: Etapa de Selección – Concurso Sabores Migrantes Comunitarios
A continuación presentamos la descripción de las 14 propuestas seleccionadas, según las personas postulantes, y los enlaces a los videos.
«Apthapi’ nació como un emprendimiento de comida típica boliviana para compartir nuestros orígenes. Con la llegada de la pandemia y la crisis social y sanitaria que trajo aparejado el COVID19, Apthapi se convirtió en una olla popular migrante que asiste cada sábado a 540 personas, de las cuales la mitad son argentinas y, la otra mitad, familias migrantes de distintos países iberoamericanos. La olla se sostiene con nuestro aporte solidario pero también con el de vecinas y vecinos del barrio y con el de las y los compañeros y compañeras de la Biblioteca Popular Arturo Jauretche que prestan el espacio. Entre todos y todas, quienes dan y quienes reciben, generamos un espacio de diálogo intercultural en el que aprendemos día a día.”
“El barrio Moravia, en la ciudad de Medellín, es un territorio receptor de migraciones de distintas partes del país debido al conflicto armado colombiano desde los años 70. La gran población afro que se encuentra en el territorio ha traído allí su historia sociocultural consigo, que ha permeado la vida del barrio convirtiéndose en un referente de inspiración que evidenciado en su cocina, nos da cuenta desde la sabrosura de resiliencia, empoderamiento y construcción de medios de vida dignos que impactan a toda la comunidad”.
“Mamá y esposa migrante venezolana, vivo actualmente en Quito. Soy parte del proyecto social Las Reinas Pepiadas. Quiero compartir con ustedes el trabajo que he venido haciendo para generar inclusión social a través de la gastronomía, creamos puentes conectores entre la comunidad migrante y la comunidad de acogida”.
“Es un proyecto de cocina que se propone producir alimentos sanos impulsando una huerta comunitaria urbana en la ciudad de Bogotá junto con los niños y padres del jardín artesemillas y en la Vereda Victoria Alta del municipio Silvania Cundinamarca. Los productos que elaboro son vegetarianos, inspirados en los sabores y en la cocina tradicional venezolana, llevando al paladar colombiano alimentos saludables más sabor venezolano”.
“A través de su proyecto La TropiKitchen, Stephanie Bonnin elabora comida colombiana artesanal y la vende desde su apartamento en Bushwick, Brooklyn. Antes de COVID-19, Stephanie organizaba eventos emergentes y cenas, pero desde el comienzo de la pandemia, vendió sus arepas, enyucados, bollos, pasteles y más directamente desde la ventana de su habitación. Stephanie viaja por toda Colombia para aprender de las mujeres locales sobre las diversas historias culinarias de su país, desde los Andes hasta el Amazonas y las principales ciudades, luego lleva este conocimiento a Nueva York”.
“El video cuenta un día de trabajo de tres cocineras migrantes de origen paraguayo que combinan sabores de sus pagos con los de Argentina compartiendo sus saberes y tradiciones con mucho esfuerzo y amor en El Meren. Este espacio llamado cariñosamente ‘El mere’ es el Centro Cultural Lxs Amigxs, una organización comunitaria que durante la pandemia alimenta solidariamente a 300 vecinxs todos los días en el Barrio Sarmiento, San Martín, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Para llevar adelante este video se conformó un equipo de trabajo de mujeres integrado por la productora comunitaria denominada ‘Contala como quieras’, que surge de la experiencia de trabajo del Centro Cultural y Deportivo los Amigos del Barrio Sarmiento. El rodaje fue realizado con celulares de las cocineras que también participan de la actividad audiovisual del espacio”. (…) Para más información: www.facebook.com/merendero.villasarmiento.
“Soy Yeni Adriana Bohórquez, nací en Fusagasugá (Cundinamarca, Colombia), y actualmente vivo en San Carlos de Bariloche, en la Patagonia Argentina. Preparo deliciosas arepas, producto ancestral a base de maíz, lo cual aprendí a preparar por medio de mi abuela, que vivía en el campo y cultivaba muchos productos, entre ellos el maíz. Tuve la oportunidad de ver el precioso proceso desde el trabajo de la tierra hasta llevar a la mesa unas deliciosas arepas. Existen empresas dedicadas a hacer la harina y también las arepas Al moverme a esta ciudad y ver que no conseguía la harina, saqué de mi baúl de recuerdos las enseñanzas de mi abuela, traje la herramienta esencial para preparar la masa (molino de granos) y empecé hacer mis arepas. Y de boca a boca las personas la fueron conociendo, y así fui comenzando a vender mi producto. (…) La acogida en la comunidad ha sido maravillosa”.
“Somos una familia colombiana viviendo en Chile. Vendemos platos colombianos, chilenos y una mezcla de platos chilenos con sabor colombiano, agregando sabores y elementos que no son comúnmente vistos en la comida local. Desde el comienzo de la pandemia por el COVID-19, hemos comenzado a realizar una olla común, la cual se enfoca en la elaboración de almuerzos para todas las personas que actualmente están teniendo problemas para acceder a algo tan básico y necesario como la alimentación, y entregándoles estos platos sin costo alguno para que puedan alimentarse ellos y sus familias.
Esta olla común actualmente entrega 120 almuerzos diarios a una población compuesta de adultos mayores, migrantes que se encuentran sin lugar de estadía en plena pandemia y personas en situación de calle, para quienes la pandemia ha producido un abandono aún más latente que en su vulnerabilidad habitual. (…)
Los platos preparados en la olla son platos chilenos como pastas y legumbres, pero también incorporamos elementos colombianos en los sabores, preparaciones, etc. Y también preparaciones colombianas, como el empedrado de arroz con frijoles, chaufas colombianas, bandejas paisas, entre otras. La forma de adquisición de insumos para la olla común es a través de donaciones y en su mayoría, de fondos propios”.
“Realizamos un plato típico de nuestra cultura chapaca. Soy de Bolivia, de la región de Tarija, y resido en Buenos Aires desde hace siete años. Formo parte de la Unión de Trabajadores de la Tierra, ya que soy agricultor de la zona de Batán, BsAs, Argentina. En contexto de Covid, y pese al aislamiento social y obligatorio, hemos podido ayudar con donaciones de alimentos a los sectores más vulnerables de nuestra comunidad, a través de la UTT. Esperamos sea de su agrado este alimento que preparamos de forma tradicional. El documental fue filmado por el maestro Pablo Di Iorio, con el apoyo de la Organización MAR, asociación civil de la ciudad de Mar del Plata”.
“Arepas de color y sabor combina la receta de tradición venezolana con productos accesibles en Argentina. La conexión intercultural permite compartir un alimento creado con base de harina de maíz con verduras y hortalizas que las dotan de colores naturales brindando un sabor único, especial y lleno de significado. Siendo un alimento predilecto para compartir en desayuno, almuerzos o cenas con amigos y familia”.
“General Rodríguez es un municipio de la provincia de Buenos Aires, Argentina, que ha recibido oleadas de inmigrantes latinoamericanas, de Paraguay, Bolivia y Perú, que se han incorporado al trabajo de nuestra ciudad, colaborando con su crecimiento y llevando a cabo proyectos sociales de desarrollo personal y de la comunidad. (…) El video enviado representa la iniciativa comunitaria que se gestó alrededor del proyecto, que comenzó a desarrollarse a mitad del año 2019.
En esta difícil etapa de pandemia que estamos atravesando, las mujeres debieron recurrir a celulares, para registrar y divulgar sus conocimientos culinarios, a otras mujeres y a las nuevas generaciones, mediante videos y fotografías, que dieron a conocer los ingredientes que utilizan en sus comidas y explicando cómo prepararlas. Creamos una comunidad de Whatsapp para compartir las recetas y desde allí se viralizaron, y conformaron una red, que no para de crecer. “Estación Museo General Rodríguez“, además, cuenta con un Facebook con 4.900 amigos, donde también publicamos las recetas. De esta manera, a pesar de los impedimentos que no nos permiten juntar alrededor de una mesa, a las mujeres que están activamente colaborando con el proyecto, logramos estrechar lazos a la distancia mediante un objetivo en común, con gran alcance comunitario”.
“En el año 2015 formé parte de la creación de un grupo de personas de nacionalidad cubana en la Parroquia Latinoamericana de Santiago de Chile. Su objetivo es reunir a nuestra comunidad en Chile y difundir la riqueza de nuestra cultura. (…) Nuestra comunidad se autofinancia a través de lo que se recauda con la venta de alimentos, rifas, souvenirs de Cuba y otros. La Parroquia Latinoamericana nos brinda un espacio para las reuniones y actividades de nuestro grupo. En muchas de ellas instalamos stand donde vendemos nuestros platos típicos, dulces y jugos con frutas propias del Caribe. Para esas ocasiones me esmero en preparar lo que distingue a nuestra gastronomía y fiestas.
También al momento de ayudar a los compatriotas que están en albergue, casas de acogida o pasando situaciones difíciles, producto de lo complejo de la migración, ponemos lo mejor de nuestra cultura culinaria para hacerlos sentir mejor. Croquetas, bocaditos, ensalada fría, un rico cake, jugos de mango y tamarindo, para terminar con un buen café cubano resulta un verdadero festejo que alegra el alma y el cuerpo, aún en momentos muy dolorosos para ellos. A pesar de estar lejos de nuestra tierra seguimos recordando nuestro Sabor, Sazón y Calor Cubano, ese que nos une, motiva y fortalece cada vez más”.
“He cocinado una receta criolla en la que intervienen los modos y maneras de cocinar e incluso ingredientes de la cocina española que estoy practicando aquí en Madrid en una escuela de hostelería. Con esta escuela he participado también como voluntaria cocinando en plena crisis de la pandemia y quería aprovechar para dar a conocer mi historia, mi plato y el proyecto. Espero que les guste”.