* Nombre de la receta: Turmada
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La receta que presenta Laura proviene de su abuela María Auxiliadora (y tías abuelas y bisabuelos), un recuerdo que trajo de la cocina de la casa de su madre en Sabanera. “Mi abuela dice que cuando su mamá y sus hermanas hacían la cuadrilla en Sabana Grande, cada ingrediente también se hacía en casa; leche, mantequilla, queso, así como huevos de las gallinas que criaban en la mansión y hierbas de la huerta. Fueron estos ingredientes de cosecha propia los que definieron el sabor auténtico del grupo familiar”, dice la candidata mexicana en el texto “El grupo de las hermanas Gaitán y las cocinas invisibles de los Andes venezolanos”, enviado en su ficha de inscripción.
“A medida que me acercaba más a la gastronomía sabanera, reconocía que eran sus sabores los que me hacían sentir como en casa, en paz, y que su cocina sin pretensiones, con procedimientos que respetaban los tiempos, su entorno, el ecosistema, me brindaba experiencias. en la mesa que no encontraría en otro lado”, añade.
El nombre «turmada», según ella, proviene de la palabra «ganta», que significa «papa» en la lengua de los timoto-cuicas , una población indígena de los Andes venezolanos. “La pandilla es un plato sencillo que caracteriza la certeza de los procesos de una cocina andina; una cocina lenta y aromática, con productos de la tierra y que además es rentable. Un plato de bajo coste que mantiene calentito al comensal y aporta la cantidad necesaria de hidratos de carbono para afrontar el trabajo del campo y las bajas temperaturas. Un plato que, como recuerda María Auxiliadora, se comía en el desayuno, en la comida o en la cena, y siempre caía bien”.
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* Comunidad con la que se compartirá la práctica : La receta se hará con un grupo de venezolanos y mexicanos, y los platillos se prepararán en el albergue de refugiados en Tlalpan, Ciudad de México, para compartir con migrantes de Venezuela y otras partes de el mundo La comida está prevista para unas 60 personas que estarían en ese albergue.
* Nombre de la receta: La pachamanca
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La pachamanca es un plato peruano que se originó en la cultura Wari entre los años 500 y 1100 d.C., como resultado de una técnica culinaria que ayudaba a conservar y preparar los alimentos . Esta práctica culinaria es un ritual a la Madre Tierra en agradecimiento a las deidades del mundo andino por las buenas cosechas de la temporada. A partir del siglo XIII, los Incas continuaron con la costumbre.
“Pacha” significa “Tierra” y “manca” significa olla. Su significado es tan importante para el país que en 2003 el plato fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación. Tradicionalmente era muy popular la pachamanca de barro, se cocinaba durante horas con piedras calientes. Con el tiempo, su preparación ha ido evolucionando y hoy en día todos pueden disfrutar de este plato andino en cualquier parte del Perú, sobre todo si se encuentran en regiones montañosas como Ayacucho, Junín, Huancavelica y Huánuco. La receta tiene como ingredientes cordero, alpaca, llama, guanaco, res, varios tipos de tubérculos y hierbas aromáticas.
Aybi Loarte Esquivel, quien presenta esta receta en el concurso, es peruana, perteneciente al pueblo quechua, y vive desde hace 12 años en Comodoro Rivadavia (Chubut), en la Patagonia Argentina. Dice que el Día Nacional de la Pachamanca se celebra cada primer domingo de febrero, con el objetivo de revalorizar la importancia de la cocina nacional, y que la pachamanca representa bien la unión de las diferentes regiones andinas del Perú. Además, la preparación del plato está relacionada con eventos importantes en la vida de la comunidad, como bodas, bautizos o reuniones entre amigos.
. Comunidad con la que se compartirá la práctica : La idea es realizar la receta para fortalecer los lazos comunitarios de los migrantes peruanos con sus vecinos en un barrio popular de la ciudad de Comodoro Rivadavia. En el encuentro se espera la participación de unas 20 personas pertenecientes al grupo de migrantes, peruanos y vecinos del barrio (que son migrantes internos).
* País de nacimiento : Argentina
* País de residencia : Argentina
* Nombre colectivo: CECAP. Integrantes: Anastasio Francia (cocinero), Julia Francia (narradora), Ema Cuañeri (cantante), Carla Delgado (sonido), Alejandro Vallejo (director), Viviana Ester Bieciuk (producción), Juan Fernández (cámara, edición y dirección)
* Nombre de la receta: Sábalo Asado
La comunidad del barrio Nam Qom, en Formosa (Argentina), desciende de los tobas. Desde sus inicios se organizaron como familias extensas, con un sentido de comunidad que se limitaba a estos pequeños grupos, que tendían siempre a una gran autonomía, ya que nunca se reunían en grandes tribus o comunidades bajo un cacique unificado. Ancestralmente se caracterizaron por ser cazadores, nómadas y recolectores.
“A través de su alimentación se puede observar la más sincera expresión de respeto por la naturaleza, ya que su alimentación siempre estuvo sujeta a lo que cada estación brindaba. En otoño preferían las comidas a base de pescado; en verano recurrían a la caza de animales silvestres, como carpincho, caimán, armadillo, ‘mañek’ (más conocido como ñandú), todos preparados de manera similar: cavaban un pozo, ponían brasas, seguido de la carne, que cubierto de brasas”, comenta Viviana en su postulación a nombre del colectivo CECAP.
Según el grupo, aunque el pescado se come sin condimentar -solo usan sal-, sus ancestros solían cubrirlo con miel (después de cocinarlo a la parrilla). El plato se complementaba con una torta llamada “nabole” y una bebida de algarroba, que también formaba parte de ceremonias o rituales, y se elaboraba triturando en un mazo la vaina extraída del algarrobo. Otra forma de cocinar, utilizada tanto para el pescado como para los animales salvajes, era utilizar una sartén de tres patas. Es un recipiente de hierro fundido, que todavía se utiliza en la actualidad, para cocinar alimentos durante largos periodos de tiempo, normalmente sopas o guisos.
“Es notable cómo la creatividad en sus recetas no se manifiesta tanto en los ingredientes, sino en la forma en que los preparan. La marca cultural se hace visible, expresando un fenómeno que está impreso en la identidad cultural de su comunidad. Estamos acostumbrados a escuchar y aceptar el lenguaje como una forma de distinguirnos, pero la cocina también engloba pueblos y temas. Al decir ‘así comemos’ estamos estableciendo un sentido de pertenencia e identidad”, afirman.
* Comunidad con la que se compartirá la práctica : La socialización del proyecto se realizará en el centro municipal, que consideran un espacio relevante, que dará visibilidad a la cultura Qom y su grado de vigencia actual. El espacio tiene capacidad para más de 200 personas.
* País de nacimiento : Brasil
* País de residencia : Argentina
* Nombre de la receta: Acarajé
Cada vez que Djanira Nascimento cocina acarajé en Argentina, lo hace a través del arte. Por eso en 2016 nace Acarajé, un evento que une arte y gastronomía, en el que invita a gente del barrio a ayudarla a hacer acarajé mientras ella cuenta su historia, comparte canciones y enseña la receta. “Más que cocinar un plato típico de mi país, pretendo crear un espacio de aproximación entre lo conocido (el barrio, la cultura local, lo autóctono) y lo desconocido (yo, el acarajé, la cultura afrobahiana, el extranjero ). , buscando que el acto de cocinarlo se convierta en una obra de arte. Cuando nos reunimos para preparar algo que está por ser conocido, a través de sabores, aromas, historias, canciones, saberes ancestrales, poemas, sucede una especie de encantamiento”, comenta la brasileña.
En la ciudad donde vive, San José del Rincón (Santa Fé), pocos conocen esta comida típica bahiana, herencia de la cocina africana. Djanira elaboró el plato por primera vez en su casa el 4 de diciembre, día de Santa Bárbara (para el catolicismo) y Oyá (para las religiones afrobrasileñas). “Sospecho que el viento vino a instancias de Oyá para ver cómo preparábamos su comida favorita. Me parece que le gustó, porque pronto nos regaló la lluvia fresquita para aliviar el calor”, dice. En 2017 lo volvió a hacer, esta vez junto al estudio de fotografía del Centro Cultural El Birri, con la mesa puesta en la calle para que cualquiera pudiera llegar a comer.
“ Baiana , además de la persona femenina nacida en Bahía, es como llamamos a las vendedoras de acarajé (y otras delicias) que desde la época colonial brasileña venden en las calles de las ciudades. (…) Las primeras mujeres bahianas eran aficionadas al culto de Oyá, la deidad de las tormentas, el viento y los relámpagos. Conocían el secreto del acarajé porque lo cocinaban para ofrecérselo a ella”, explica. En 2005, el oficio de la mujer bahiana fue incorporado al Libro de Registro del Conocimiento del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan) como patrimonio cultural de Brasil.
Desde el período colonial hasta hoy, el acarajé es el sustento económico de muchas familias brasileñas afrodescendientes, principalmente de Bahía, y son las mujeres, en su mayoría, quienes administran el negocio familiar. La venta de acarajé impulsa la venta de insumos utilizados en la masa y rellenos: frijol, aceite de palma, okra, maní, marañón, pimienta, etc. Según Djanira, el aceite que se usa para freír las albóndigas de acarajé se considera sagrado. Representa el líquido que contiene la fuerza vital de la naturaleza, por lo que es sumamente importante para los rituales religiosos.
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* Comunidad con la que se compartirá la práctica : La práctica del acarajé se compartirá en el espacio Casita Corazón, creado por Laura Monje, artista que enseña, cocina y vende comida creada por ella desde hace 16 años. Se estima que 20 personas asistirán al evento Acarajé. Algunos de ellos serán invitados a interpretar (y comerse) la obra a través de la escritura: frases, canciones, cuentos, poemas, lo que se les ocurra.
* País de nacimiento : El Salvador
* País de residencia : Costa Rica
* Nombre de la receta: Pupusas Salvadoreñas
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En Costa Rica, el consumo de pupusas salvadoreñas es muy popular hoy en día. En ferias agropecuarias, restaurantes, aplicaciones de alimentos, festivales gastronómicos, culturales y similares, es común ver cómo se preparan y venden. Las pupusas son una especie de tortilla gruesa de maíz (o arroz) rellena de diferentes ingredientes, como chicharrón (carne de cerdo frita), quesillo (queso fresco sin suero con una consistencia masticable), calabaza o frijoles, cebolla, ajo).
La principal diferencia entre las pupusas hechas en El Salvador y las hechas en Costa Rica es la masa. En Costa Rica la masa se hace con harina refinada que se encuentra en el supermercado, y para darle la consistencia del tradicional quesillo salvadoreño (mezcla de quesos con una consistencia masticable), se utiliza queso fresco (lo que suele llamarse queso turrialba con mozzarella). Además, en El Salvador se come con las manos; en Costa Rica es común el uso de cuchillo y tenedor. En cuanto a la ensalada, repollo, pimiento verde, zanahoria, orégano, sal, vinagre, acompañado de salsa de tomate natural, tomate, cebolla, ajo y pimiento verde; cocidos y batidos y hervidos nuevamente agregando orégano al gusto.
“He tenido la oportunidad de preparar pupusas aquí en Costa Rica en varias ocasiones, para eventos privados, para talleres con mujeres costarricenses y migrantes, para un encuentro de mujeres migrantes e indígenas en territorio costarricense, para personas que lo solicitan y para compartir con vecinos y amigos. Preparar pupusas me conecta con mi esencia salvadoreña, con mis raíces. Como mujer migrante poder compartir y preparar este plato tradicional me llena de orgullo y añoranza”, dice Bernarda en su candidatura.
Según ella, este plato es importante porque representa una forma de vida y subsistencia tanto para quien lo elabora (mercado) como para quien lo consume, ya que es una comida completa, sencilla y económica, y se puede consumir en cualquier lugar y lugar. en cualquier momento del día (desayuno, merienda, comida o cena). “Es una práctica popular que se ha ido transmitiendo de generación en generación y popularmente se reproduce en las festividades de los pueblos de El Salvador”, señala.
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* Comunidad con la que se compartirá la práctica : La actividad de vuelta a la comunidad se realizará con un grupo de 15 mujeres, jóvenes activistas y gestoras culturales. El espacio donde se desarrollará la actividad será en las instalaciones del Ministerio de Cultura y Juventud, en el Centro Nacional de Cultura (CENAC). “Es un lugar simbólico e importante para mí, porque el Ministerio de Cultura y la Dirección de Gestión Sociocultural nos han apoyado a los migrantes del grupo Diamante Azul; hemos colaborado en acciones participativas, capacitaciones, giras y talleres”, explica Bernarda Paiz.
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* País de nacimiento : Colombia
* País de residencia : Ecuador
* Nombre de la receta: Encocao de chautiza
En la ciudad de Esmeraldas (Ecuador), donde vive la colombiana Katy Zuelima, el encocado de chautiza es uno de los platos más consumidos en tiempos de abundancia de pescado. Según ella, la ciudad tiene características similares a su región natal, la isla de Tumaco (Colombia), ya que son países costeros y los productos del mar, como la chautiza, y de la tierra se relacionan con la comunidad afro. En Esmeraldas, la chautiza se consume de diferentes formas, asada, sudada, encocada, etc., y acompañada de un trozo de plátano frito.
Al hablar de este plato, Katy recuerda su infancia en Colombia, donde la situación económica de sus padres no era fácil y la pesca en temporada de chautiza era el plato favorito en la mesa de muchas familias del Pacífico colombiano como la suya. “Recuerdo claramente esperar a mi padre cerca del muelle, ver el balde en el que cargaba las chautizas y analizar con curiosidad cada parte de su diminuto ser”, recuerda.
“Cuando llegué a casa, mamá estaba lista para comenzar a preparar la comida. Con la ayuda de mis hermanas mayores, la preparación fue rápida y sencilla. En ese momento, como era muy joven, me dedicaba a observar, aunque a veces ayudaba en pequeñas tareas, como raspar el coco o exprimir los limones para hacer el jugo (limonada con piloncillo, el acompañamiento perfecto para este plato) ”, comenta. Cebolla, pimiento, jitomate, coco, ajo, cilantro, sal y pimienta al gusto son los ingredientes de la chautiza encocada .
“Hoy a los 26 años, a pesar de no estar en mi país, llevo esta receta conmigo. En temporada de cría de chautiza , no pierdo la oportunidad de comprar, preparar y disfrutar con amigos y familiares. Algunos compatriotas también se identifican con este plato, en ocasiones nos juntamos a preparar este manjar y revivir momentos de confraternización. Es curioso cómo una receta puede despertar un portal de experiencias ligadas al país de origen, traspasando fronteras que interconectan la tradición cultural de sus regiones”.
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* Comunidad con la que se compartirá la práctica : Esta receta se impartirá en la ciudad de Esmeraldas, parroquia Montalvo, con un grupo aproximado de 20 personas, entre familiares, amigos y compatriotas.
* País de nacimiento : Guatemala
* País de residencia : México
* Nombre de la receta: Paches. “Habitar el territorio con el lenguaje”
Edizon Muj Cumes es un joven kaqchikel maya de Iximulew (Guatemala) que emigró a México en 2019 para realizar una maestría en la Ciudad de México, la cual no logró terminar a tiempo. Como su contrato de beca era solo por dos años, y en ese período hubo una huelga y la pandemia del Covid-19, estuvo casi un año sin ayuda económica y aún estudiando. “Después de casi rendirme, pensé en vender tamales y publicitarlos virtualmente. Así gestioné mi estadía y logré sustentar mi vida en la CDMX, gracias a la venta de paches (“tamales de papa”, comida parecida a la pamonha ), una receta de mi abuela Florencia Tohom, una mujer maya de 65 años. ”, escribió Edizon en su postulación.
Curioso desde pequeño, Edizon dice que le encantaba ir todos los sábados por la mañana a la cocina de su abuela para ayudarla a preparar los tamales . “Nunca me di cuenta cuando aprendí, no había una receta dictada, sino una práctica constante de hacer estos tamales, por eso aprendí a conocer los olores y colores de la parrilla de verduras, las cantidades y proporciones de los ingredientes y la cocción. proceso . . Así heredé la receta de mi abuela Florencia y su práctica de sustentar la vida gracias a la venta de tamales”, comenta. “Cabe mencionar que también hay una gran población guatemalteca estudiando y trabajando en México, entonces esto me benefició, ya que la mayoría de las personas a las que les vendía no sabían cocinar esta receta y extrañaban mucho la comida de nuestro territorio. ”
La propuesta que presenta en el concurso es un encuentro denominado “Habitando el territorio con la lengua”, en el que guatemaltecos residentes en la Ciudad de México se reunirían para cocinar estos tamales. “Mi abuela siempre me decía: ‘Mijo, la comida te acerca a la gente’. Este encuentro nos puede ayudar de muchas maneras, a hablar de nuestra vida en otro territorio, de cómo nos adaptamos a otras formas de vida, de alimentación y de la necesidad de cocinar nuestras recetas familiares combinando o reemplazando algunos ingredientes por estar fuera de nuestro territorio”, explicar .
* Comunidad con la que se compartirá la práctica : La intención es realizar la actividad en el espacio de la cooperativa El Porvenir de los Obreros, en la Ciudad de México, donde se recolectan productos cultivados por pequeños agricultores en diferentes localidades originarias de la CDMX, incluyendo Xochimilco y Milpa Alta. La actividad se realizará con 25 guatemaltecos en situación de migrante en la Ciudad de México.
* País de nacimiento : Colombia
* País de residencia : Chile
* Nombre de la receta: Sopa de queso
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En la práctica de esta receta hubo una adaptación, ya que algunos de los ingredientes esenciales no se encuentran en el mercado local. Sustituyó la patata por el ñame; leche de coco para la crema y “queso costeño” para el “queso boliviano” (por consistencia y salinidad). En Colombia, donde se originó la receta, la mayoría de las verduras que se utilizan se cultivan en huertos familiares; en Chile, lugar de acogida, se encuentran en ferias o mercados locales, y el pescado que traían los pescadores hoy se ofrece en latas. Hay proveedores en el mercado local para el resto de los ingredientes, como es el caso del banano verde. Por otro lado, existen insumos comunes, que varían únicamente en los nombres, como cebolla/cebolla cabezona , cebollin/cebolla larga ypalta/aguacate (aguacate).
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* Comunidad con la que se compartirá la práctica : Se pretende realizar esta receta para una degustación con los pobladores del comité “Flor de población” (La Pampa, Alto Hospicio, Región de Tarapacá, Chile), cuyos participantes son de diferentes nacionalidades, produciéndose un intercambio de culturas e identidades entre bolivianos, peruanos, haitianos, venezolanos y colombianos, entre otros. Este espectáculo gastronómico será para unas 100 personas.
* País de nacimiento : Venezuela
* País de residencia : Colombia
* Nombre del colectivo : Fundación Renaciendo Esperanzas (Miembros: Edmariee Valerio, Paola Benavides, Carol Aros)
La hallaca venezolana es uno de los platos más importantes en la mesa familiar en época de diciembre. Tiene toda una simbología y, en su ejecución, representa la unión familiar. Las hallacas son similares a los tamales colombianos, también se preparan en época navideña, pero varían en algunos ingredientes como arroz con pollo, zanahoria, carne de puerco, chícharos, entre otros . “Los rasgos culturales de Colombia y Venezuela hacen que su gastronomía presente varias similitudes en algunos de sus platos típicos”, dice Edmariee en su postulación hecha en nombre de la Fundación Renaciendo Esperanzas.
Además de hallacas , Edmariee Valerio, Paola Benavides y Carol Aros pretenden realizar un taller gastronómico en la ciudad de Cali, Colombia, con otras recetas similares venezolanas y colombianas, como cachapas/arepa de chocho, tizana/salpicón y pabellón criollo/ bandeja paisa.
La bandeja paisa es uno de los platos típicos de Colombia, elaborado con alimentos como arroz, chorizo, huevos, carne molida, aguacate, chicharrones, frijoles, tajadas de maduro y arepa. Es similar al pabellón criollo, un plato de la cocina venezolana que consiste en arroz blanco, carne mechada, frijoles negros y rebanadas de maduro , y suele acompañarse de queso y aguacate.
La arepa de choclo, originaria del Valle del Cauca (Colombia), se elabora con masa de maíz dulce molido, leche, sal y azúcar, y se suele preparar envuelta en una cascarilla. Estos mismos ingredientes se utilizan en la cachapa, un plato tradicional venezolano. La tizana , popular en Venezuela, y el salpicón , tradicional en Colombia, también se elaboran con los mismos ingredientes (una mezcla de diferentes frutas picadas en su propio jugo o en otro líquido) y se sirven con la misma presentación .
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* Comunidad con la que se compartirá la práctica : La intención es compartir la práctica con 15 personas, en un espacio de intercambio gastronómico con colombianos. Lugar: Biblioteca del Centro Cultural Comuna 1. Vista Hermosa, Cali, Colombia
* País de nacimiento : Venezuela
* País de residencia : Perú
* Nombre de la receta: Hallacas
Génesis Gómez es venezolana, tiene 29 años y vive en Perú desde hace cinco años. En el formulario de solicitud dice que primero viajó sola a Perú, dejando a su hijo de 1 año, en busca de una vida mejor y un trabajo; un viaje difícil en el que tuvo que pasar por muchos lugares y medios de transporte. Al cabo de un año, su esposo y su hijo llegaron a Perú para vivir con ella en el barrio limeño de San Juan de Miraflores. “Conocí a una familia ayacuchana que tenía sus propias costumbres y tradiciones y comencé a participar con ellos, ya que también podía compartir las tradiciones de mi país y de mi gente, y podíamos intercambiar nuestra comida”, cuenta, quien comenzó a participar en pequeñas ferias comidas con esta familia y también compartir sus canciones.
La receta que Génesis presenta en el concurso, las hallacas , la aprendió de su mamá y abuela, quienes desde pequeñas las preparaban a fin de año y las compartían con los vecinos de su comunidad. “Es un plato que también preparamos en familia y en comunidad, donde todos pueden participar y ayudar. Así aprenden jóvenes y niños este plato tradicional. Por eso también me sigo preparando y ahora lo comparto con la comunidad donde vivo y así todos participan. Hacemos una feria y preparamos comidas típicas para un encuentro cultural sin fronteras”, dice Génesis.
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* Comunidad con la que se compartirá la práctica : Lo recaudado se compartirá con unas 30 familias de Laderas de Villa.
* País de nacimiento : Perú
* País de residencia : Brasil
* Nombre de la receta: Seco de Cabrito
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Nacida en Perú, Julia Rosa vive en Río de Janeiro (Brasil), donde decidió preparar “seco a cabrito” durante la pandemia y tuvo que adaptar algunos ingredientes que no se encuentran en la ciudad para hacer un buen recuento de la receta. El resultado alegró los corazones abatidos durante este período y siguió con la receta de los almuerzos familiares los domingos o festivos.
El seco de cabrito es una receta de su abuela Benedicta, quien creía que compartir un plato de cabrito en una fecha importante, como el nacimiento de los hijos, nietos y parientes más cercanos, le ayudaría a vivir muchos años. También la preparaba cuando sus parientes iban a visitarla, para que volvieran sanos y salvos a sus casas y en ciertas festividades.
En su solicitud, Júlia dice que vivió con su abuela Benedicta durante muchos años y siempre quiso aprender su lengua materna: el quechua. “Una vez, con su ayuda, aprendí a contar del 1 al 100 en quechua”, recuerda. Su abuela creció en un pequeño lugar llamado San Juan de Luyo, en el distrito de Chavín (provincia de Chincha, departamento de Ica), al sur de la capital peruana. “Chavín es conocido por sus minas, la arqueología y por ser una gran tierra andina de cultivo y crianza de ganado, aves, entre otros, donde se habla quechua”, dice.
En San Juan de Luyo, Benedicta aprendió a bordar, a hacer hilados con lana de oveja ya cocinar las deliciosas recetas de su madre, transmitidas de generación en generación. La receta del “seco de cabrito” se la enseñó su abuela a su madre, quien a su vez le transmitió los secretos de la cocina familiar. “Mi mamá dice que cuando la familia vino a visitar la casa de mi abuela, en ese momento no había refrigerador para guardar la carne, y como la familia era grande, aprovechó para preparar un chivo entero de su ganado para agradecerles por la visita. Fue en una de esas ocasiones que le compartió la receta a mi mamá, quien luego me la pasó a mí”, cuenta.
En algunas fuentes se dice que el “seco de cabrito” es de origen árabe y con la llegada de los españoles se empezó a hacer en Perú y Ecuador, pero en cada lugar el plato tiene su sabor peculiar y su forma de presentar y acompañándolo. O. En el norte de Perú es muy popular el seco de cabrito con frijoles, pero la receta que Júlia aprendió con la ayuda de su madre solo se sirve con arroz.
* Comunidad con la que se compartirá la práctica: La placa se compartirá con unas 20 personas, entre ellos estudiantes peruanos de la Escuela de Ingeniería Naval de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI, Perú) que se encuentran en Brasil para realizar estudios de posgrado en Federal Universidad de Río de Janeiro (UFRJ).
* País de nacimiento : Colombia
* País de residencia : Argentina
* Nombre del colectivo : Familia Prieto (Pedro Martín Moyano Prieto / Constanza Prieto / Ariana Mikaela Moyano Prieto)
* Nombre de la receta: Arepas de Anís
La receta de las arepas anisadas es parte de la comunidad que acoge a la familia Prieto en la ciudad de Alta Gracia (Córdoba, Argentina) como excusa para reunirse, celebrar y compartir distintos aspectos de sus identidades culturales. “La comida como ‘puente’ y nexo entre personas, cosmogonías y prácticas”, como apunta Ariana Prieto en su candidatura. “Normalmente compartimos las arepas en el barrio/familia sin ningún intercambio económico, pero también las vendemos en el marco de una economía autogestionada que incluye todos los procesos artesanales y donde la soberanía alimentaria y el ecofeminismo están siempre presentes”.
Esta receta pasa de generación en generación por parte de la madre, resistiendo los cambios en las estructuras familiares y la migración de Colombia a Argentina que se produjo en 2006. Es una herramienta fundamental para preparar arepas. Desde el objeto, el maíz, las tradiciones culturales que se encuentran, la receta es y vive, se transforma y se adapta a cada lugar, nos une, nos enseña”, comenta Ariana.
Según ella, la comunidad donde se inserta la receta es muy rica culturalmente. “Aquí vive gente de diferentes provincias y países; por lo tanto, naturalmente hay un intercambio de conocimientos tanto en cocina como en aspectos culturales, simbólicos y patrimoniales”, dice.
* Comunidad con la que se compartirá la práctica : Anisacate. Degustación y preparación colectiva en el Espaço Cultural Ritmos de la Tierra, con la participación de 20 a 30 personas.
* País de nacimiento : Venezuela
* País de residencia : Perú
* Nombre del colectivo : Tacarigua Casa Orgánica (con Cusy Mejia Paz)
* Nombre de la receta: El hervido venezolano – Una fiesta intercultural
El hervido venezolano es una especie de fiesta intercultural, “la fiesta de la cosecha”, que se realiza al final de un ciclo productivo en una huerta comunitaria, donde la gente se calienta alrededor de un fogón, llenando la olla, cosechando, conversando, contando historias, casos y celebrando la creación de una nueva huerta que ayudará a crear lazos de solidaridad y seguridad alimentaria para el barrio.
“Preparar hervido venezolano en diferentes barrios de Lima significa celebrar la gran diversidad cultural culinaria que nos une y fortalecer los lazos de confianza y empatía entre peruanos y venezolanos”, dice Abraham Silva, un venezolano que vive en Lima (Perú) desde hace cuatro años. y hace tres años ayudó a crear Casa Orgânica Tacarigua, un proyecto que propone la producción de alimentos saludables, el rescate del conocimiento y la vida comunitaria a través de la creación de huertos comunitarios urbanos en Villa El Salvador.
Las sopas ocupan un lugar importante en la gastronomía de Perú y Venezuela, y el hervido venezolano es una sopa llena de misticismo, interculturalidad, historias, culturas y amor por la cocina. “El caldo hecho en la estufa es el mejor legado que me dejó mi abuela Elena, quien vivía en los Andes venezolanos (San Cristóbal, estado Táchira)”, dice Abraham. “Mi abuela siempre decía que un buen hervor se hace a la leña, como hacían nuestros ancestros indígenas. Tenía toda la razón, porque es una invitación a la camaradería y la amistad, en la que los participantes ayudan cortando las verduras, prendiendo la leña y el fogón para hacer la sopa, o acompañándonos, compartiendo, riendo, mientras se realiza esta tarea. . Un ligero sabor ahumado es la clave del sabor y el color de esta sopa.
Según él, este plato es la máxima expresión del compartir venezolano. En las diversas regiones del país existe un guiso que identifica a la zona; su elaboración depende de las costumbres, sazones e ingredientes de cada región, que le dan un sabor característico. Se pueden preparar con carne, pollo, pollo, pescado o simplemente vegetales, o se pueden ‘cruzar’ con dos o más de estos ingredientes principales. “En nuestro país, esta sopa es parte de nuestra herencia mestiza, un ejemplo de nuestro color, representa la fusión perfecta de la cultura indígena, española y afro en la cocina venezolana”, dice. “Se cree que un hervido puede levantar el ánimo de los más deprimidos, aliviar las penas, consolar a un enfermo. Es sinónimo de unidad familiar y de compartir”.
* Comunidad con la que se compartirá la práctica : Jardín comunitario Ayllu 21, en el primer sector de Villa El Salvador, Lima (Perú), con la participación de 40 mujeres adultas mayores.