La milpa es una antigua técnica de cultivo empleada por los indígenas en Mesoamérica y que aún siguen realizando muchos campesinos, especialmente en algunas regiones de México
El principal beneficio de la milpa es la obtención de una diversidad de alimentos vegetales que permiten satisfacer las necesidades básicas alimenticias de manera balanceada.
Una producción sostenible, pensada de manera circular permite una relación respetuosa con la naturaleza, conservando su diversidad y respetando los ciclos naturales. Estas acciones aseguran una proyección abundante y renovable de producción de alimentos con el fin de asegurar la soberanía alimentaria de los pueblos.
Nuestros antiguos bien lo sabían, y es hoy más que nunca que se hace urgente volver a poner en valor este tipo de producción tan antigua como innovadora.
La importancia de rescatar la Milpa
La milpa es una antigua técnica de cultivo empleada por los indígenas en Mesoamérica y que aún siguen realizando muchos campesinos, especialmente en algunas regiones de México. El principal beneficio de la milpa es la obtención de una diversidad de alimentos vegetales que permiten satisfacer las necesidades básicas alimenticias de manera balanceada.
La milpa es una técnica de cultivo que no agota o fatiga a los suelos, ya que, tanto el maíz, como los frijoles y las calabazas complementan los nutrientes necesarios para mantener en buen estado la tierra. Por tanto, no es necesario añadir productos químicos que intervengan en los cultivos y en la calidad del suelo, así como ocurre en otros casos como con el arroz, entre otros.
Esto hace que la milpa sea muy productiva e, incluso, ecológica porque no necesita de productos químicos ni de grandes maquinarias durante la actividad agrícola, aunque se hayan modificado algunas de sus técnicas ancestrales.
Milperos y colectivos locales que promueven el intercambio y la preservación de saberes, así como el resguardo de semillas nativas y mejoradas de maíz son muy importantes para recuperar el apego a la milpa, sobre todo en las comunidades con mayores niveles de marginación y falta de empleo, precisó Jesús Lizama Quijano, investigador del Ciesas Peninsular.